Iniciativa de GEPAC
5.2. Aspectos sociales

Cuentas con ciertos recursos capaces de disminuir el miedo o la incertidumbre por las posibles repercusiones podrías tener en tu vida social…

Tal y como se ha descrito en esta guía, existen diferentes tipos de cáncer de riñón que darán lugar a pronósticos, tratamientos y efectos secundarios distintos. Ahora bien, la vivencia de un cáncer de riñón dependerá también en gran medida de la situación personal de cada paciente. Esto conlleva que el impacto que se produce en la vida de cada persona es distinto y requerirá un abordaje particular encaminado a prevenir, paliar o satisfacer todas aquellas necesidades que surjan como consecuencia de la enfermedad.

Es normal que la noticia del diagnóstico te genere inquietudes y preocupaciones relacionadas con el ámbito familiar, laboral, económico o social. Las situaciones que se explican a continuación no tienen por qué suceder en todos los casos, ni mucho menos. Pero es importante que, si te sientes identificado con alguna de las situaciones, sepas que existen recursos y opciones legales a tu disposición.

Ante el cáncer no es conveniente aislarse y tratar de vivirlo en soledad. El apoyo del entorno familiar es fundamental y, ahora más que nunca, tenéis que hablar entre vosotros pero sobre todo, escucharos. La posición del cuidador no es fácil y cada persona de la familia puede sentir emociones y vivencias distintas ante una misma situación, así que conviene que no deis por sentado lo que la otra persona siente. La comunicación os ayudará a tomar decisiones e ir encaminados en la misma dirección. Quizá te preocupe más el bienestar de tu familia que el tuyo propio, pero negar lo que sientes y piensas ante tus seres queridos solo dará lugar a sentimientos de soledad y culpabilidad por ambos lados.

Existen recursos que están a tu disposición y que permitirán reducir ciertos miedos o incertidumbre que te pueden surgir en relación al entorno familiar. Es habitual que, si tienes personas a tu cargo, una de tus preocupaciones esté relacionada con su situación en caso de que la enfermedad evolucione desfavorablemente. Ante ello, dos opciones que te darán una mayor sensación de control y te aportarán seguridad y tranquilidad. Se trata de la tramitación de un testamento o la delegación de determinadas cuestiones en personas de confianza.

Otro recurso son las voluntades anticipadas, a través de las cuales podrás expresar tus deseos o instrucciones ante determinados escenarios relacionados con la asistencia sanitaria. Así, se tendrá en cuenta tu opinión si se producen esas situaciones y por tu estado físico y/o psíquico no puedas manifestarla personalmente. Permitirá reducir tu sensación de incertidumbre y, de alguna forma, reducirá la responsabilidad de los más allegados ante la toma de decisiones. Ten en cuenta que a través de las voluntades anticipadas (también llamadas “instrucciones previas”) podrás delegar esa responsabilidad en una persona en concreto.

Por otro lado, quizá una de tus preocupaciones esté relacionada con el ámbito económico. En ocasiones, puede verse afectado como consecuencia de la enfermedad, ya que puede producirse un aumento de los gastos (copago, compra de medicamentos, transporte…), un descenso de los ingresos (pérdida de empleo) y una mayor sensación de incertidumbre ante tu solvencia económica futura. Aunque no siempre existen recursos para todas las situaciones, sí que hay prestaciones disponibles bajo una serie de requisitos. Para ello, te recomendamos contactar con asociaciones de pacientes y otras ONG´s para que te asesoren y, en algunas casos, te ofrezcan los recursos que necesites. Hay entidades que ofrecen prestaciones económicas, realizan el pago de facturas o ayudan con la compra de determinados materiales necesarios para el día a día. Una figura clave en este aspecto es el trabajador social. En el caso de que tu hospital cuente con Unidad de Trabajo Social, no dudes en contactar con ellos para que te asesoren de forma personalizada.

Si tienes limitaciones que incidan en la forma en que te relacionas y participas en la sociedad, podrás tramitar el certificado de discapacidad en el centro de servicios sociales que te corresponda. El hecho de tener un cáncer de riñón no implica que accedas al 33% de discapacidad necesario para conseguir el certificado. Lo que se evalúa son las deficiencias ocasionadas por esta u otras circunstancias, siempre que se consideren que vayan a permanecer a largo plazo. Este certificado permite acceder a beneficios tales como el acceso a programas de fomento de empleo o recursos económicos varios (pensiones no contributivas, subvenciones individuales, prestaciones familiares, ayudas de transporte, etc.).

Si estás trabajando, puede que no te sea posible conciliar el trabajo con los tratamientos. Para contrarrestar esa pérdida temporal de ingresos, existe la posibilidad de solicitar una incapacidad laboral (conocida como “baja”). Normalmente el procedimiento se inicia con una incapacidad temporal que implica el cobro de una prestación hasta que te den el alta. Si en el plazo de un año continúas de baja, te citarán para valorar una de las tres siguientes opciones: prórroga por un plazo máximo añadido de seis meses, el alta médica o la iniciación de un expediente de incapacidad permanente. Esta última opción se determinará cuando se estime que existen limitaciones que afecten o anulen tu capacidad laboral y se prevea que continuarán durante mucho tiempo. Existen diferentes tipos de incapacidad permanente y cada una de ellas conlleva requisitos y cuantías de prestación diferentes. La fuente de información más precisa sobre incapacidades laborales es la página web de la Seguridad Social: www.seg-social.es.

Además, las excedencias son otra opción en el terreno laboral. Son útiles especialmente para los familiares cuidadores, o para los propios pacientes cuando han finalizado los tratamientos y necesiten un periodo de descanso.

En definitiva, el cáncer renal puede producir una serie de necesidades de ámbito social que repercuten no solo en el paciente sino también los familiares, pero es importante destacar que existen vías para hacerles frente y normas que te protegen en determinadas circunstancias. No dudes en contactar con trabajadores sociales, abogados y asociaciones de pacientes para recibir asesoramiento al respecto.

0 comentatios

Comentarios cerrados